domingo, 27 de julio de 2014

Un bonito lugar donde sudar

Sábado 26 de julio


En los días como hoy, uno se levanta un sábado a las 7:00 de la mañana pensando “ ¿qué hago a estas horas de la mañana, sabiendo que voy a ir a sufrir…? ”. Y cuando termina la jornada piensas “ ¡¡menos mal que me he levantado!! ”.

Pues la historia de hoy nos lleva al pueblo de Miraflores de la Sierra. Una zona con mucha montaña y verdosa. Vamos ¡preciosa!. Somos cinco los Hambrientos que encima de sus bicis están dispuestos a vencer a las enormes montañas de la zona. Además se une un nuevo Hambriento “Sendero” que tiene pinta de dar guerra . Hace un día magnífico, con el cielo despejado, viendo un paisaje maravilloso.

Nada más salir nos encontramos con una subida de adoquines, donde los Hambrientos están charlando y suben sin estrés para calentar motores. Cruzamos la zona del centro sin dejar de subir y nada más dejar el pueblo, vemos a varios compañeros practicando varios tipos de deporte. Nos llama la atención un hombre que está corriendo y parece que quiere subir hasta el infinito…y más allá!!!! Ya estamos a los pies de la montaña y sin saber por qué, algo dentro de ti empieza a subir como la espuma y al rato te das cuenta que es el ansia que caracteriza a la raza de los Hambrientos.



El camino se hace duro, y el estado del camino no ayuda. Hay muchas grietas y muchas piedras sueltas, pero cada uno sube a su ritmo sabiendo que el objetivo primario es llegar a la cima. Vamos escalando la montaña y dejando atrás a algún que otro compañero que tiene el mismo reto que nosotros, de repente, vemos al corredor que nos encontramos en el comienzo de la montaña. Sube como si estuviera poseído y consigue motivarnos para continuar.




Poco antes de llegar al final del camino, Maverick hace un sprint en el que se le suma Golfo hasta que se ve una valla que marca el final del camino. Pero como dice el dicho “ No vendas la piel del oso antes de cazarlo”, y es que aún quedaba lo más duro. Una subida por carretera de 2 km. Maverick y Golfo a la cabeza del grupo se disponen a subir queriendo demostrar de que pasta están hechos y lo que significa ser un Hambriento. Maverick sube como si las leyes de la gravedad no fueran con él, se quita de en medio a un grupo de ciclistas y continua su ascenso dejando atrás a Golfo, que se ha desfondado siguiendo el ritmo impuesto por su compañero.  Arriba en la cima, Maverick nos espera felicitándonos por el tremendo esfuerzo realizado. Vamos llegando Golfo que está desfondado, Milhouse que parece un tractor, Sendero con una expresión de querer  más subida y Javich_gp que a pesar del tremendo calor que hace en la carretera, sube con una enorme sonrisa. 




Ya arriba nos hidratamos y nos hacemos las fotos de rigor para que no se diga que no estuvimos ahí arriba.




A continuación bajamos por la carretera a una velocidad de vértigo, nos desviamos por un camino y seguimos corriendo sin pensar en la feroz subida que tanto ha costado escalar. En una zona sombreada, paramos para descansar, comer y así poder recuperar algo de energía porque sabemos que aunque lo más duro está terminado, aún nos queda más de la mitad de la ruta.  







Continuamos la ruta bajando a mucha velocidad por caminos donde hay mucha piedra y sabiendo que en cualquier momento podemos ir al suelo. Sendero enseña su verdadera cara disfrutando y animando al resto del grupo a seguir su ritmo, el cual recuerda a otros compañeros a los que las bajadas les gustan tanto como a un niño un caramelo.


Hacemos una parada rápida en una fuente para llenar nuestros bidones de agua y poco después otra, para admirar el inmenso paisaje que está frente a nosotros. Llegamos al final del camino hasta el puerto de Canencia  donde seguiremos bajando por carretera a la velocidad que impone Sendero. 









Nos desviamos hacia una finca donde el camino es más tranquilo con subidas y bajadas más suaves, pero tenemos que quitarnos de encima a unos mosquitos que nos siguen parte del camino. Durante este trayecto, vemos granjas de miel, establos y un helicóptero de salvamento donde Maverick y Sendero se paran a fotografiarse dejando así terminada otra etapa más de la ruta.




Volvemos a coger carretera y ascendemos de nuevo con el cansancio ya haciendo mella en nuestras piernas, pero para que no se pronuncie la palabra cansancio, decidimos escoger una ruta de trialeras que nos propone Sendero. La ruta pasa a convertirse en una zona de máximo nivel técnico pues son subidas y bajadas con una pendiente endiablada y al lado una caída que tendríamos que llamar al helicóptero de emergencia visto anteriormente. La ruta es cada vez más complicada, y los Hambrientos no están preparados para tal cantidad de maestría, así que decidimos salirnos del camino y bajar por un sendero más tranquilo e intentando coger cualquier desvío que tenga algo de emoción.


Y si que la encontramos!!!!  La bajada era rápida y mortal. Estaba empedrada, llena de agujeros, sufriendo por no caerte porque entonces te iba a doler el cuerpo más de lo que ya te dolía. Al igual que tú, las bicis estaban pasando por una prueba de fuego, lo cual era una preocupación añadida. ¿Quién quiere que su bici este sufriendo?. El camino se hacía estrecho, las plantas estaban tan cercas a ambos lados que parece que quieren cortarte el paso, eran las 13:00 y con un riachuelo al lado el aire era muy denso y costaba respirar con normalidad. Teníamos la frente irritada por el sudor, las piernas y los brazos cansados de tanto botar debido al estado del camino. Y cuando parece que empezamos a mostrar nuestro cansancio, vemos una vía del tren y enfrente unas casas. Cruzamos el río por un puentecito maltrecho y subimos un pequeño repecho andando, ya estamos exhaustos.


Ya en Miraflores, continuamos el final de trayecto hasta el aparcamiento donde dejamos los coches. Nos felicitamos por otro reto conseguido y nos dirigimos a refrescar nuestros gaznates al centro del pueblo donde allí nos espera otro Hambriento, Podencus, el cual ha decidido ponerse las pilas por otro lado con su “flaca”. Charlamos con cara de cansancio pero siempre con una sonrisa de satisfacción tremenda.







Las metas están para lograrlas y los Hambrientos no paran de lograr nuevas metas disfrutando tanto de la compañía como de los paisajes que se nos presentan.

¡¡¡Feliz verano!!!

GOLFO