jueves, 14 de julio de 2016

Pirineos 2016

26-29 de junio


PRIMER DÍA


Suena el despertador... Ha llegado el gran día!! Bueno, primero cumplimos con nuestra obligación como ciudadanos y votamos a aquellos que van a calentar el asiento del Congreso los próximos años, si algún día se ponen de acuerdo.  Con el deber cumplido, comenzamos el viaje hacia tierras pirenaicas, concretamente a Benasque. Los grandes objetivos del viaje son el Posets (3375m) y el Aneto (3404m).

El viaje discurre sin más sobresaltos, salvo por las ansias de todos de llegar y comenzar con la ruta.  Una vez en Benasque, los expedicionarios (Maverick, Milhouse, Mottoreta, Javich_GP y Kibuko) preparamos nuestras “ligeras” mochilas y comenzamos la ruta de los tres refugios (Estós, Viadós y Ángel Orus), combinándola con la ascensión al Posets (3375m).

La ruta del primer día consiste en subir hasta el refugio de Estós, por el valle del mismo nombre. La primera parte, ya la conocemos del año pasado, es una subida en paralelo al río, que baja con muchísima agua, por una pista ancha. En estos primeros km de subida empezamos a pensar que igual nuestras mochilas pesan demasiado...

En poco menos de 2 horas y media alcanzamos el refugio. Este primer valle es verdaderamente admirable, con cumbres de más 3000 m en su lado derecho, que hacen de frontera con Francia, y el macizo del Posets en su lado izquierdo, en el que creemos atisbar la cumbre entre las nubes, nuestros objetivos. Además pasamos por el mirador de la cascada, cuya caída impresiona.





En este punto Mottoretta quiere darnos un minuto de tregua. Se ha olvidado el palo en la cascada y tiene que volver a por él. Momento perfecto para que Maverick saque los pelotazos de la mochila y nos pongamos a engullir como si no hubiera mañana.  Tras una breve confusión con la reserva en el refugio, nos instalamos, cenamos abundantemente, que hay que ir cogiendo fuerzas para lo que viene por delante, y a dormir.




SEGUNDO DÍA


La ruta de hoy consiste en una subida hasta el collado de Chistau (rebautizado como collado del Chistaco) para cambiar de valle y bajar hasta el refugio de Viadós. Antes de salir, viendo a otros  montañeros que comienzan su ruta, se confirma que llevamos mochilas demasiado grandes. Esperemos que no nos confundan con tortugas ninja. Tenemos mucho que aprender todavía, aunque con respecto al año pasado hemos mejorado mucho. El grupo comienza la subida compacto,  comandado por  Javich_GP y Kibuko, siempre acompañados por nuestras amigas las marmotas. Muy pronto tenemos que cruzar el primer río, lo que será una tónica a lo largo de toda la ruta junto con las dificultades de algunos para llevar a cabo el salto entre las piedras. 







El refugio va quedando atrás y con la subida cada vez vemos más claramente el Aneto, la vista es espectacular. En cuanto la subida empieza a hacerse más dura, Kibuko empieza a quedarse atrás. Además, viendo como Maverick le adelanta tan solo en dos zancadas, en las que le
quita las pegatinas de la mochila, su moral desciende exponencialmente a la velocidad con la que le han adelantado. En seguida, vemos el collado en lo alto y, por lo que parece, antes de llegar a él, vamos a tener que estrenar los crampones!! Alguno por primera vez... Después de una clase magistral de cómo ponerse los crampones y jugar al tetris entre hierros, pies y correas, nos ponemos los crampones, cruzamos los neveros y comenzamos la última subida del día. Las sensaciones son muy buenas, tras los primeros pasos se nota la seguridad que aportan los crampones y subimos sin ninguna dificultad. 




Una vez arriba con grandes vistas del valle que hemos dejado atrás, comemos y continuamos el camino. Con la barriga llena y confiados en que lo más duro ya ha pasado, nos desviamos del camino, pero enseguida Maverick con su mirada en detalle del mapa, corrige nuestro rumbo y recuperamos el camino correcto. La bajada comienza atravesando neveros, pero pronto se convierte en un vertiginoso sendero con mucha pendiente que empieza a castigar las piernas, hasta llegar a un nuevo río que hay que cruzar, lo que supondrá un verdadero problema.  Milhouse, rebautizado como la cabra cruzarríos, se lanza saltarín sobre las piedras pero el último paso sufre un resbalón y da con sus huesos en la otra orilla. No se moja pero esto desanima al resto del grupo que comenzamos a buscar un nuevo paso. Después de no encontrar nada, Mottoretta y Kibuko siguen los pasos de Milhouse y cruzan el río sin problemas a pesar de las dudas, mientras Javich_GP y Maverick ascienden paralelos al río sin encontrar ningún paso. Al final Javich_GP cruza también por el mismo sitio, pero aún queda Maverick, que no viéndolo claro decide descalzarse y cruzar el río andando. Lo que agradecen los pies esa agua tan fría!! 





El resto de jornada discurre sin problemas bajando hacia el refugio y azotando Lorenzo con mano de hierro. Según vamos llegando, divisamos el Posets, y nos sorprende el desnivel que tenemos que salvar mañana. Sin embargo, estamos animados y deseosos de que llegue el día siguiente. Seguimos sin señal en el móvil, pero en el refugio, un par de montañeros malagueños nos ponen al día de los resultados de las elecciones. También nos enteramos después que la selección de futbol vuelve a casa. Lo mejor que hemos podido hacer en estos días es haber elegido venir a los aislados Pirineos. Este refugio está más accesible, lo que hace que las cervecitas valgan 2 euros, y nos demos como locos a la bebida. Además cae alguna partida de pocha. Relax total. 



También hay algo más de gente, así que compartimos mesa con un montañero catalán superprofesional. Digo catalán pero realmente no sabemos muy bien en que idioma hablaba. Se le entendía lo mismo que a un paisano de la Andalucía profunda. También había otro grupo de catalanes de andar más por casa, unos franceses y alemanes… A última hora llegan un par de islandeses o suecos por su aspecto, de caras angelicales pero con demoniacas armas químicas de destrucción masiva en el interior de sus botas. Hasta Kilian Jornet en las fotos del refugio se tapa la nariz. Las cucarachas que sobrevivieran a una hecatombe nuclear morirían con este hedor. Maverick y Milhouse, más cercanos a la puerta, caen noqueados en la cama esperando que esto no les impida subir al Posets al día siguiente. A Sadam Hussein le declararon la guerra por armas químicas que al lado de estas eran simples petardillos.

TERCER DÍA (ASCENSIÓN AL POSETS)



Ha llegado el gran día!! A las 6.30 suena el despertador del compañero que dice ser catalán y que va a ascender el Gran Bachimala y que nos sirve a nosotros de señal para levantarse. Así que tras desayunar en abundancia, nos preparamos para el día P. Nos esperan 1600 m de desnivel positivo y 1200 m de desnivel negativo hasta el refugio de Ángel Orus. Maverick y Milhouse deciden aligerar sus mochilas y donan al refugio cosas tan prácticas para una ruta de tres días como un bote de gel de 400 ml, un paquete de toallitas de 150 unidades, una camiseta para el por si acaso del por si acaso, una naranja… La próxima vez, la vitamina C en pastillas. No obstante lo anterior, en las mochilas siguen quedando cosas tan útiles como bañadores, chanclas, camisetas de repuesto, pantalones para dormir… Cosas que pasearemos alegremente por las montañas y que a Maverick le costarán sendas heridas en los hombros en forma de estigmas. ¿Habíamos dicho que las mochilas eran ligeras?

 La primera parte de la subida, es bastante agradable ya que vamos atravesando un bosque que nos da sombra, aunque la pendiente y la presencia de las moscas no es tan agradable... Una vez pasado el bosque, la ruta nos da un pequeño descanso  con un ratito de subida más suave, en la que nos despistamos y perdemos el sendero. Tras varias dudas y localizarnos, decidimos subir un poco a saco para ir templando las piernas, hasta volver a reencontrarnos con nuestro sendero. Una vez encontrado, llegamos a una zona de piedras que nos recuerda a la infame escupidera de Monte Perdido y que nos hace sufrir de lo lindo, tras la cual decidimos parar a recuperar fuerzas. Tras esta parada el sendero nos lleva hasta una pared de roca bastante inclinada pero que pensamos que se puede superar sin muchos problemas. Javich_GP y Maverick no lo ven claro y se desvían por lo que parece un sendero más sencillo. Milhouse, Mottoretta y Kibuko, escalan la pared haciéndoles sufrir un poquito, sobre todo en su parte final.




Una vez reunidos todos de nuevo, tratamos de buscar el mejor camino para llegar hasta el collado que nos llevará después a la cima. Llevamos unas 3h de subida y estamos a casi 3000 m de altitud. Finalmente encontramos los hitos que habíamos perdido y que nos llevan por una pequeña crestita que separa el valle por el que baja el arroyo que venimos siguiendo a la izquierda y lo que queda del glaciar del  Posets a la derecha, que ya prácticamente es un nevero. La vista de todo lo que hemos subido y del glaciar es espectacular. Vamos subiendo por la cresta y nos encontramos con tres montañeros que bajan del Posets y que serán las únicas personas que nos encontraremos en todo el día. Al terminar la cresta, nos queda la última subida hasta el collado, que está llena de nieve, así que nos ponemos los crampones y empezamos a tirar hacia arriba. 


Una vez metidos en la subida, ésta comienza a tener cada vez más pendiente, así que la abordamos haciendo Z, comandados por Kibuko  que va abriendo huella. El resto de expedicionarios se dan cuenta de que las Z en una dirección tienen más pendiente y son más largas, aunque Kibuko no se da cuenta al principio. A mitad de subida se cerciora que la pierna izquierda responde bastante mejor. Lo malo para el resto es que Kibuko el único zurdo. Cuando ya casi hemos llegado al collado, a unos 3300 m de desnivel, las fuerzas abandonan a Kibuko y Mottoretta le sustituye para abrir huella. No sin dificultades, alcanzamos finalmente la cresta que nos tiene que llevar hasta la cima del Posets. Hace un día espléndido, no se ve ni una nube y no corre nada de viento. Las vistas a ambos lados de la cresta son impresionantes... Tanto que se oye un pequeño lamento, ¿alguien ha pensado cómo vamos a salir de aquí? Hay un pequeño silencio por respuesta...






No vemos muy bien por donde continuar, pero la cresta no nos da muchas opciones.... Así que reponemos fuerzas y Maverick comienza a ascender por la cresta con toda la tropa detrás. Tras unos metros, le cede a Kibuko el honor de alcanzar la cumbre el primero, pero al llegar vemos que todavía nos quedan unos 200 m de cresta que quitan el hipo, por la caída que hay a ambos lados. Está bien, hay que templar los nervios y avanzar sin pausa pero sin prisa dando pasos seguros. Alguna trepadilla fácil (no tan fácil viendo la caída claro) y algún paso más complicado y expuesto, y por fin tras unas 7h de subida, que se nos han pasado volando, alcanzamos la cima del segundo pico más alto del pirineo, el Posets, con sus 3375 m de altitud. Abrazos y alegría a raudales...¡¡Lo hemos conseguido!! ¡¡Colosal cima la del Posets!!







 El tiempo nos ha respetado y desde esta atalaya descomunal se pude ver el macizo de Monte Perdido al oeste y el macizo del Aneto al este. También se aprecia el minúsculo refugio de Viadós desde donde venimos y una miríada de ibones, algunos de ellos todavía helados. Al igual que el camino previo, la cima es sólo para nosotros. Disfrutamos de ese momento de alta montaña que sólo se puede entender si has sufrido para subir hasta allí. Comemos un poco, foto de grupo, fotos de la victoria (la de Mottoretta se resiste), y también momentos de reflexión. Alguno parece que está esperando a que le sacrifiquen. “Qué sensación de abandono”, como decía Leo Harlem en uno de sus monólogos.


Aunque nadie dice nada, todos estamos pensando en la bajada que nos espera. Como sea del mismo pelo que la subida que hemos hecho estamos jodidos. Si hubiera un baño, seguro que todos hubiéramos hecho cola. En cualquier caso, tenemos las referencias de Sarraceno, que son buenas, y además, estamos asegurados, así que al menos sabemos que nuestros cuerpos no se los comerán las marmotas. Iniciamos el descenso por la vertiente sur por una senda cómoda y con los abismos ligeramente alejados de nosotros. Vemos la cresta de las Espadas y alucinamos ante la posibilidad de que haya gente que corone el Posets por allí.


Enseguida perdemos altura y llegamos al comienzo de la Canal Fondá, rebautizada acertadamente por Maverick como el Canal Jane Fonda. Ante nosotros se muestra un canal de unos 10 m de ancho en su inicio, de pendiente vertiginosa, y lleno de nieve. Existen montañas rusas en parques de atracciones mucho menos empinadas. Afortunadamente la nieve está blanda y no tiene aspecto de que vayamos a tener problemas. No obstante, y para la alegría de Maverick, sacamos los crampones. Después de este viaje, seguro que los lleva puestos hasta a la oficina. La experiencia acumulada hace que la maraña de correas ya no sea un rompecabezas y en un momento nos los calzamos.





Con la seguridad de los crampones en nuestros pies, comenzamos a bajar y disfrutamos como enanos. Aquí no se percibe la sensación de peligro que nos ha acompañado en ciertas partes de la subida. Incluso nos da para posar ante la cámara. Para hacerlo más épico, una de las polainas-guetres de Kibuko dice basta, y para hacerlo más emocionante aún, Maverick se tira cabeza abajo emulando a Superman. Casi hace las prácticas de detención con el piolet usando su propio cuerpo.

Una vez pasada la Canal, seguimos el descenso. Quedan pequeños restos de nieve, pero ya no hay necesidad de crampones. En estos puntos donde la nieve está en retirada hay que tener cuidado porque te hundes hasta la rodilla. Kibuko lo comprueba en sus carnes. Por el camino cruzamos un puente metálico doblado, pero afortunadamente se puede usar. Rápidamente llegamos al cruce con el GR que rodea el macizo. El refugio de Ángel Orús ya está cerca. Javich_GP y Milhouse se adelantan para avisar, pues son cerca de las 7. Los últimos kilómetros se hacen interminables. Detrás de una de las rocas del camino, se encontraba agazapado el Tío del Mazo, y como si fuera Thor, mazazo que te crio en toda la cabeza a Maverick. Pájara no. Pajarraco de los gordos. La falta de azúcar hace estragos y un tramo que se hace fácil en media hora, finalmente se convierte en más del doble. Se notan las más de 11 horas de ruta en el cuerpo y el haber comido poco en la cima. Maverick se convierte en un monstruo devoracaramelos para poder llegar al refugio.





Después de lo que nos habían contado del refugio, esperábamos un hotel de 5 estrellas, pero como que no. La ducha es revitalizadora. Aquí sí hay cobertura en el móvil, y nos entregamos a él cual yonkis. 200 mensajes, 178 mensajes, 150 mensajes. La locuraaaaaa!!!!. ¿Cómo hemos podido sobrevivir 48 horas sin la tecnología? La cena es a las 8 y la mesa espera con nuestro sitio marcado: A.P. 5 personas. Sarraceno, sabes que ese 5 debería haber sido un 6. Sopa de fideos, ensalada de arroz, espárragos, pescado rebozado y natillas. Sobra poca comida. Compartimos mesa con tres vascos que hablan del Aneto. Maverick deja de existir para Milhouse y pega el oído. Acojona lo que dicen. Para rematar la cena, ¡¡¡un pacharanazo¡¡¡¡. Nos lo hemos ganado después de 1600 m de desnivel positivo y 1200 de desnivel negativo. En una de las fotos del refugio vemos la hazaña realizada.


Nos vamos a la cama, pues mañana espera otro día duro, aunque más suave que éste. Como hemos llegado los últimos, nos tocan las literas de arriba. A estas alturas subir a la litera es casi peor que el Posets. Javich_gp y Kibuko comprueban que el techo tiene una dureza considerable, y sin más altercados dormimos.

CUARTO DÍA


Amanece en el Ángel Orus. La mayoría de los montañeros ya han partido hacia sus objetivos. Lo peor del día no se hace esperar. Bajar las escaleras hasta el comedor. Lo hacemos como Chiquito. Qué agujetas, qué dolores, qué calambrazos. En el comedor nos espera un desayuno con Nocilla, qué merendilla¡¡ El guardés del refugio nos da unos sabios consejos: las animadas fiestas de su pueblo, Benasque, donde se baila la música del himno de Priego, un par de sitios para cenar allí, y que bajemos por los ibones de Escarpinosa en lugar de Batisielles, que es lo que teníamos previsto. Gran acierto.

La ruta comienza deshaciendo la última parte del camino que bajamos ayer. Fuerte subida hasta alcanzar el GR a media ladera que conduce al ibón de Grist o de Eriste. Antes toca disfrutar de una nueva cascada de todas las que nos han acompañado y cruzar ágilmente otro de los numerosos arroyos. Pin pin pin, de roca en roca, sin poner a prueba la calidad del goretex. También toca usar las fundas impermeables de las mochilas y las bolsas del supermercado. Hoy no habríamos visto nada en el Posets. Una de las piedras mojadas se va a cobrar como víctima a Maverick, que va  dar con los huesos en el suelo y con las piernas metidas en un pequeño arroyo. En la guerra se pasan menos penurias.







Continuamos por el GR bien marcado para llegar al ibón de la Plana o Pllana. De nuevo la vista es espectacular. El ibón se encuentra medio helado todavía y se aprecian azules gélidos. Como si estuviéramos en la Antártida. Hasta aquí llega toda la subida de hoy. 



Al principio de la bajada nos cruzamos con una persona que sube y aprovechamos su huella en los neveros que quedan. Kibuko está a punto de desaparecer en uno de los neveros, que por poco se lo tragan. Al fondo ya divisamos las agujas de Perramó, que tenemos que rodear por la derecha. A nuestra derecha se abre otro impresionante valle glaciar, el valle de Perramó, con una nueva hilera de ibones. Recordamos que el año pasado veíamos las agujas desde abajo, desde Batisielles, y nos parecían imponentes. Hoy la perspectiva es totalmente diferente.



En las agujas encontramos con facilidad el camino que baja a los ibones de Perramó. Son las 2 de la tarde y como buenos Hambrientos, tenemos hambre, así que al borde del ibón decidimos acabar con el mazacote de pollo a la brasa y el resto de viandas que han viajado con nosotros de refugio en refugio hasta la cima del Posets y más allá. No hay manera. El pollo puede con nosotros y decidimos donarlo a las marmotas. En el ibón, mientras tanto, un tío en pelotas desafía a las frescas aguas pirenaicas (no íbamos a poner la foto, morbos@s!!).


Descendemos hacia los ibones de Escarpinosa. Primero vemos el azul y después el verde, más escondido. Las aguas que provienen del valle de Perramó caen en cascada para alimentar el ibón azul. En el verde, que parece aislado de esa corriente, predominan los tonos esmeraldas. Paraje idílico. ¿nos quedamos a vivir? Podríamos alimentarnos con lo que pescara Maverick con cucharilla y recuperar el mazacote de pollo.





A esta altitud la flora ha recuperado su poderío y predomina el color verde frente al gris de la piedra. Pinos, y algunos serbales en flor, salpican el camino. Se nota, además, que estamos en terrenos más accesibles y transitados, pues el camino es mucho mejor y empezamos a cruzarnos con gente.

Continuamos la ruta hasta el ibonet de Batisielles. Desde allí toca un descenso en zig-zag a través de un hayedo. Javich_GP no aguanta más nuestro trote cochinero y se lanza a la carrera. Luego nos espera pacientemente en el cruce con el camino del valle de Estós. El Tío del Mazo vuelve a salir a escena. Escondido tras un árbol espera paciente a su presa. Va pasando la tropa, uno tras otro. ¿A quién le tocará esta vez? Zasca!!! Mazazo en toda la cabeza a Kibuko, esta vez en forma de calambrazos en las piernas. Varias paradas para estirar y a intentar recuperar hasta llegar al coche.




Desandamos la pista donde comenzó todo hace tres días. Finalmente alcanzamos el aparcamiento y toca estirar los doloridos músculos. Empieza a soplar viento. Por nuestra experiencia del pasado año, se avecina una buena tormenta. 




Decidimos que el camping tendrá que esperar a otra ocasión y nos decantamos por reservar en un hotel.  En el hotel escuchamos el sonido de la primera de las tormentas que nos van a impedir coronar el Aneto en esta expedición. No importa. La compañía, la ruta de los tres refugios y el Posets por sí mismo, justifican de sobra el viaje. ¡¡¡¡A planear el próximo¡¡¡¡


 Kibuko y Milhouse