lunes, 29 de julio de 2019

El calor no existe. Son los padres.

20 de julio


El calor. Fuente inagotable de conflictos, quizás al mismo nivel que la política o el fútbol, aunque no sabría bien en qué orden situarlos. ¿Quién a estas alturas del año no ha discutido con alguien acerca del calor?


- Buff. Este año hace más calor que nunca.
- Bueno, es verano. Es lo suyo.
- Sí, pero este año hace mucho calor.
- Bueeeno. En 2015 hubo más de 20 días seguidos de ola de calor y este año solo hemos tenido una.
- ¡¡Mira!! Que hace más calor y punto, y como sigas fastidiando te muerdo un ojo.

En las parejas, puede ser motivo de divorcio. En la cama…

- Ayyyy que calor tengo.
- Vale, duérmete.
- (Vueltas y más vueltas…) ¡¡¡Ayyy que calor!!!
- Pues yo voy a echarme la sábana que parece que tengo algo de fresco
- ¡¡Vete a tomar morcillas!! Madre mía qué calor… (más vueltas)
- ¡Pero para ya de moverte que así no hay quien duerma!
- ¡Cállate ya! ¡Vete a dormir al salón y mañana recoges tus cosas y que te aguanten tus padres! Ayyy qué calor.

Me apuesto el cuello y no lo pierdo a que esto es así sí o sí. En esto de los extremos, podemos ver también cómo se lo toman en algunas partes del planeta. En África están de guerra cada dos por tres. ¿Pero quien no iba a estar encabronado con el calor que tiene que hacer allí? La gente a la mínima salta y ya está liada. Sin embargo en el Caribe todo fluye a la velocidad de un perezoso. Cuanto más calor, menos se mueven. Puede parecer que llegues al Caribe y esté todo el mundo quieto, como jugando al escondite inglés.





Pues señoras y señores. Hace calor. Es verano, por tanto hace calor. Y a aguantarse toca. Eso, o irte a buscar el fresco como hicimos nosotros. Que en la Costa Marrón hay 38°, pues nos vamos tranquilamente a refrescarnos a la sierra. Si en apenas una hora ya podemos estar dándonos al goce y disfrute de las “bajas” temperaturas. Y digo bajas, no refiriéndome a 5° o 6°. Con 28° de máxima y posibilidad de remoje de pies, más que contentos.






Para mi alegría, por fin se nos unen Wallet y Alhambra. Después de la última ruta a la que vinieron (inoxidable por el hayedo de la Pedrosa allá por el 2017…), pensé que ya difícilmente podía rescatarlos para la causa y que tenía la cruz puesta para toda la vida…bueno, puede que todavía sea así 😂.







Al inicio de la ruta, llego a oir: -Oye, pues una chaquetilla no vendría mal.

Como diría alguna viejuna, hacía tiempo para sacar la Rebequita. Y la verdad es que se estaba de lujo al lado del arroyo de la Angostura, que unos kilómetros más abajo da lugar al río de la rima. Exacto, al Lozoya. ¡Pero qué espabilados sois! La ruta la planifiqué con un poco de miedo la verdad. Me jugaba la renuncia por completo al grupo de Wallet y Alhambra, así que había que cuidarlos a tope. Desnivel contenido, fresco, agua para remojarse y buenas viandas. ¡Menudas viandas! Macksa se encargó de traernos la gordura mala al grupo. Entre sandwiches con una salsa sin definir, tarta de queso y mininapolitanas, después del primer avituallamiento nos costó dios y ayuda poner el cuerpo en movimiento. Y eso que se supone que hacemos vida sana, que si estuviéramos en el camino del mal, no sé que hubiera traído 😂.








A medida que subimos va apretando el calor. Con apretando me refiero a unos 25°, pero claro, subir cuestas, por pequeñas que sean, va haciendo que al cuerpo le entre sabrosura. Como siempre, apenas nos encontramos con alguien. Un auténtico lujo. Es cara norte, y en general todo está más verde de lo que esperábamos. Cerca de una charca que encontramos infectada de ranas endogámicas, nos topamos con unos cuantos corzos que habían bajado al arroyo a beber. Digo yo, porque también podían venir de meter las patas en el agua como hicimos nosotros. ¡Que fría! Cortaba. Los pies se quedaban más rojos que un holandés en la playa. Teníamos que generar en nuestra mente el recuerdo de ese frío cortante para cuando volviéramos a la Costa Marrón.












Después de esto quedaba lo más complicado, llegar al bar. Y digo lo más complicado, porque cuando realmente quieres una cerveza fría, un café con hielo, un refresco bien frío…los kilómetros no pasan sabiendo lo que te espera. Es como cuando estas muerto de calor en pleno mes de agosto y piensas en que llegue ya el invierno…. ¡¡¡Y luego te quejarás de frío!!!

¡¡Nos vemos!!








MAVERICK