El 26
de Diciembre o The Boxing day en la cultura anglosajona, está ligado a
acontecimientos deportivos como fútbol, rugby, caballos... por lo que no podía
faltar una ruta de los Hambrientos.
Un
año lleno de gestas deportivas, en el que quedarán en el recuerdo las
ascensiones al Tourmalet, el Toubkal o el récord de castañas recogidas en una
hora de Milhouse, no se podía cerrar sin una gesta más. Que Maverick
consiguiese que el Hambriento más inactivo, Wallet, rebautizado por Sarraceno
el portugués como Saquinho, y que escribe estas líneas, se levantase de la cama
para dar pedales.
Suena
el despertador y tras un “quién me mandaría” veo que son varios los Hambrientos
que ya están en pie dispuestos a darlo todo. Dada las fechas, el grupo no va
ser muy numeroso por lo que finalmente, y tras la baja de Milhouse, seremos un
trío formado por Maverick, Kibuko y Wallet, lo que permite elegir una ruta
sencilla ideal para soltar piernas, bajar el pavo y acorde con mi nivel.
Como
en toda buena ruta las monturas deben pasar por el taller y más cuando un “creo
que tengo que hinchar las ruedas” se traduce en el cambio de las dos cámaras de
mi bici. Ningún problema. Maverick cual mecánico de fórmula uno lo deja listo
todo en un momento, justo a tiempo para la llegada de Kibuko.
Salimos
de Alcorcón, pasando por un pequeño pinar nada que ver con los que nos
encontraremos a lo largo de la ruta. Tras unos kilómetros en los que se intercala
pista con asfalto que nos sirven de calentamiento, cruzamos por encima de la
M50 y ponemos rumbo hacia Boadilla.
Son
tramos de pista ancha sin apenas desnivel que permiten ir cogiendo sensaciones.
Una vez bordeado Boadilla llegamos a nuestro objetivo, el curso medio del rio
Guadarrama y sus pinos gigantes.
La
ruta sigue siendo fácil pero ya intercala pequeñas bajadas y subidas
complicadas por las rodadas que hacen que cada uno lleve un poco su ritmo.
Kibuko bajando y Wallet subiendo, mientras Maverick nos guía.
Llegamos
a un pequeño riachuelo, nada del otro mundo, pero su paso se complica con la
presión, que Maverick cámara en mano
añade para captar el momento de la caída del Hambriento.
Sin más
complicaciones llegamos hasta el rio Guadarrama. Fotos en el puente de rigor,
para adentrarnos ya en la zona de pinos gigantes. Esta es la parte más bonita
de la ruta y la más MTB. Transcurre entre pinos de gran tamaño paralelos al
rio.
Pausa
de avituallamiento antes de afrontar la parte final. El ritmo es bajo así que
las fuerzas todavía nos respetan. Esta última parte conlleva el paso de otro
arroyo que Maverick aprovecha para lucirse. Kibuko y yo dudamos hasta que un
veterano ciclista llega y sin dudarlo se baja de la bici, y al vernos nos
suelta un categórico “yo no me la juego”, ejemplo que ambos seguimos.
Unas
pocas subidas y bajadas más y afrontamos el camino de vuelta hacia Alcorcón
esta vez por la zona de Villaviciosa de Odón. Se empieza a hacer largo, pero
conseguimos llegar a nuestro destino, el Bar. Hacía tiempo que unos simples
garbanzos no me sabían tan ricos. Unas cerves para reponer electrolitos y para
casa.
En
este trayecto ya por las calles de Alcorcón, un amable policía local nos da el
alto por saltarnos un semáforo en rojo. En ese momento solo viene a mi mente la
multa que nos va a caer, y como explicarle que las “barritas energéticas”
caseras de Maverik lo son y no son realmente otro tipo de souvenir abellotado
de marruecos. Tras una charla de seguridad vial nos deja marchar sin mayores
consecuencias nosotros comentando la anécdota, y el con la satisfacción del
deber cumplido haciendo de Alcorcón una ciudad mejor y más segura.(me
autocensuro los comentarios).
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