lunes, 19 de marzo de 2018

¡¿Quién dijo frío?!

18 de marzo


R-U-T-A-Z-A. No se puede calificar de otra manera. Imposible. ¡¡Y nos la queríamos perder!! Ruta ya maldita por aplazamientos, meteorologías adversas, bajas de personal... Al final se hizo... y vaya que si se hizo. Eso sí, los excesos de Kibuko en el día de San Patricio evitaron que pudiera unirse a la expedición. Que no os cuente milongas.

Nueva zona donde clavar nuestra bandera. Los montes Carpetanos...ahorraos la rima que ya tenéis una edad... Milhouse cree que ya ha estado por estos parajes, pero como su memoria es peor que la de Dori en buscando a Nemo, haremos como si esta vez fuera la primera.



Zona bastante desconocida, dada su proximidad a las estaciones de esquí de Valdesquí y Navacerrada que siempre centran el foco de atención de las hordas madrileñas. Por si alguno se lo pregunta y sino también, los carpetanos eran los antiguos pobladores prerromanos de esta zona de la sierra. Estos montes abarcan desde el final de la cresta de los Claveles en la zona de Peñalara, hasta el puerto de Somosierra, cuya cumbre más alta se sitúa en el pico del Nevero con 2.209 m, nuestro objetivo.

Sí, pico del Nevero... y la idea es partir de la cima del puerto de Navafría. ¿Alguien piensa que estos nombres han sido escogidos por azar? 

Cumpliendo los pronósticos, Milhouse llega tarde al punto de encuentro, lo que hace que nos retrasemos lo justo para no encontrar aparcamiento en la cima del puerto. Malditas costumbres... Después de vueltas y más vueltas, logramos dejar el coche en un apartadero situado a 7 km del inicio de la ruta. Menudo desnivel nos tenemos que meter para el cuerpo de desayuno, si tan siquiera haber empezado la ruta inicial 😂. Decidimos hacer auto stop. La primera vez en mi vida, lo juro. Incumplí la promesa que le hice a mi madre cuando era pequeño y me monté en el coche de un desconocido...Voy a ir a los infiernos. Qué desazón para mi pobre madre. Milhouse se arremangó el pantalón, enseñó cachaza y conseguimos parar un coche. ¡¡Milagro!! Un tipo muy majo la verdad, y no sólo por parar viendo el pernil de Milhouse, sino por acercarnos a la cima del puerto sin violarnos. ¡Qué gente más maja!






Raquetas en ristre, esta vez Milhouse las llevaba, nos ponemos en marcha rumbo al Nevero. Si antes nos habíamos ahorrado la caminata cuesta arriba desde el coche, ahora no nos libraba ni la santísima. Así, de primeras, sin vaselina ni nada. Madreeeee. La nieve está espectacular. Nieve polvo caída el día anterior. Una mañana estupenda, ¿qué más se puede pedir? Avanzamos despacio, entre resoplidos. Paramos a hacer algunas fotos, bueno, a tomar resuello más bien 😂. A medida que ascendemos, la nieve va dejando paso al hielo. Milhouse está deseoso de estrenar sus crampones. Esta temporada invernal va de estrenos. 















Alcanzamos el Alto del Puerto y si hemos sufrido para subir, ahora si que nos íbamos a enterar. ¿El día era estupendo? Toma viento. ¿Hacía sol? Toma nubes. ¿Temperatura buena? Toma unos 10 bajo cero. La sensación térmica la cuantificamos como "frío de pelotas". La primera vez en todas las rutas que me he tenido que poner la braga tapando la nariz. En algún momento creíamos que nos disparaban con perdigones...El viento arrancaba trozitos de hielo que nos daban en la nariz, frente, pómulos... ¡Qué agradable todo! ¡Pero qué disfrute! 








De vez en cuando se quedaba todo blanco, que no sabías si ibas, si venías, si subías o si bajabas. Menos mal que con el GPS podíamos orientarnos. De vez en cuando salían grupos de personas tipo the walking dead (qué recurrente y práctica es esta expresión, ¿verdad?) desde el fondo blanco, como apariciones fantasmagóricas. Menos mal que nos pusimos los crampones. Estaba todo completamente cubierto de hielo. 










Apenas 500 m nos separaban del Nevero, pero aquello parecían 50 km. El viento de cara apenas te dejaba avanzar. De vez en cuando, a la nube se la llevaba el viento, y se podía ver toda la cuerda. Pero aquello se hacía eterno. Milhouse me comentaba que no necesitaría ir al Everest para tener unas condiciones estupendas como estas. Al final, con más esfuerzo del previsto conseguimos llegar a la cima del pico del Nevero. Decidimos tomar un breve aperitivo, ya que todavía no habíamos parado. Más de 3 horas para cubrir poco más de 3 km. 




Aquí viene lo cachondo de la ruta. Comenzamos la vuelta hacia el puerto de Navafría. Una nube nos cubre y no vemos a apenas 10 m de distancia. Todo vuelve a estar blanco de nuevo. Es lo que en inglés se llama un "white out". Un blancazo, como diríamos aquí. Pero bueno, no pasa nada. Saco el móvil para ver el mapa y así orientarnos. Del frío el móvil se me muere. Intento reanimarlo, pero no hay manera. Lo enciendo y se vuelve a morir. Llevamos andados apenas 100 m y nos hemos desorientado. ¿Acabaremos en Parla? Localizamos a un esquiador, que ha hecho casi toda la subida con nosotros y nos indica con el GPS. ¡Menos mal! Me veía como en Viven. Poco tiempo después y tras unos minutos calentito en el bolsillo, el móvil vuelve a la vida. GPS listo. Además la nube desaparece, quedando todo el camino al descubierto. Un pequeño susto que te deja las gónadas ligeramente encogidas y no precisamente por el frío. 








La vuelta, cuesta abajo, de nuevo con las raquetas en la zona de nieve, se hace disfrutona. Parece que nos han metido un petardo por allí donde amargan los pepinos. Al bajar de la cuerda de las montañas, todo vuelve a la normalidad. No hay viento, luce el sol (Milhouse aprovecha para encremarse la nariz). Un gustazo, vamos. En el puerto aprovechamos para comer, mientras pensamos cómo bajar, ya que el coche está 7 km más abajo 😂. Mirando el mapa, vemos una pista que baja prácticamente recta. Lo que por la carretera son 7 km, bajando por la pista son poco más de dos. Nunca hemos bajado por ahí, pero nada se pierde por intentarlo.







La pista, al menos el inicio no tiene desperdicio. Nos metemos en un bosque de robles, lleno de nieve y nadie, absolutamente nadie en los alrededores. Todo un privilegio. En alguna de las pocas zetas que describe la pista, decidimos atrochar. Había que darle un poco de picante al asunto. Como esto no era suficiente, comienza a granizar. No con fuerza, pero en poco tiempo estamos cubiertos de pelotillas blancas 😂. Milhouse va a lo suyo. Menos mal que veo el coche, sino nos vamos directos al pueblo. 









Sinceramente, una de las mejores experiencias que he tenido en la montaña. Disfrutamos como enanos. Y siempre se aprende. Con mucho frío, lo mejor un GPS que no sea en el movil, pero eso sí, las cervezas que nunca falten en buena compañía.



MAVERICK






6 comentarios:

  1. ¡MadrecitaDelAmorCasposo!..., pa'veros matao y haber matao al que vió la pernera de Milhouse.

    Vaya fotos más impresionantes..., pero qué miedo eso de no ver ni para escupir.

    Me alegro de que hayáis disfrutado tanto

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  2. Este año os estáis poniendo tibios de nieve!!!! con lo friolero que es Milhouse!!! que por fin amortiza las Raquetas.....
    Si, Maverick, Milhaouse ya ha estado allí créetelo ya te lo confirmo yo, con mejor tiempo eso sí,...... no siempre voy a la Maliciosa (esto es para Raúl).....
    Me alegro Maverick que disfrutes tanto de la montaña a pata....algunos sitios no se pueden llegar en bici...o sí!!!


    "La exiliada del desierto"

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    1. Nieve como nunca. Hoy mismo está cayendo también a base de bien. A pata molan estas rutas...pero donde esté mi bici...😉

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  3. Maverick & Milhouse, unos grandes. Que pasada de fotos, espectaculares. No me ha quedado claro si eran canas de Milhouse o nó.
    Un abrazo enorme desde el exilio también,
    josemi

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    1. A ver si te vemos por aquí y organizamos una de las buenas. Un abrazo!!

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  4. vaya vaya!!
    no habia podido leerlo hasta ahora, telita!! que valientes
    fotazas espectaculares y seguro que gran aprendizaje en esas condiciones
    un abrazo, me alegro que lo disfrutarais tanto!

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