Un sábado más, un reducido grupo
de hambrientos se vuelve a juntar para, en este caso, dar unas cuantas
pedaladas por la Vía Verde del Tajuña. Los integrantes del grupo esta vez son: Maverick,
que comienza su entrenamiento para la Quebrantahuesos (¿o era la
Treparriscos?), Javich_gp (alias el tío más grande del mundo) que cuesta decir
un deporte que no practique y Kibuko que ha decidido probar a ver qué es esto
de la bici de carretera.
Como siempre hay cosas que nunca
fallan y Javich_gp no encuentra el punto de reunión… Su memoria es inversamente
proporcional a lo grande que es el tío. ¿Cuántas veces habrás estado allí? Pues
nada, que no es capaz de recordar que es la salida 25…
Una vez todos juntos y preparadas
las flacas, recibo las primeras explicaciones de cómo cambiar y frenar y hago
las primeras pruebas. Las primeras sensaciones no son muy halagüeñas, demasiado
frágil la bici, parece como si te fueras a caer en la primera curva, nada que ver
con la bici de montaña, pero bueno, todo es ponerse y empezar a hacer
kilómetros, así que sin más dilación, cogemos el carril bici y empezamos a
darle cera que es a lo que venimos.
Al principio vamos los tres en
grupeta, pero pronto el ritmo de pulsaciones de Maverick es demasiado poco para
Javich_gp y Kibuko que se escapan del pelotón pulsaciones y negocian la subida
hasta la cementera de una forma gloriosa. Allí, con un espléndido paisaje bajo
la sombra de la cementera esperan a Maverick, que llega sobrado, pero su
estricto entrenamiento a base de pulsaciones (¿cuántas veces he escrito ya
pulsaciones?), no le deja seguir el “endiablado” ritmo de los escapados.
Desde la cementera comienza la
bajada hasta Morata de Tajuña, que es bastante agradable con buenas vistas de todo el valle, con
Maverick a la cabeza y Kibuko y Javich_gp a rueda para ahorrar fuerzas. La
verdad es que la bajada se hace bastante bien, pero no termino de encontrar la
postura. Si no me duelen los hombros y los codos, me duelen las muñecas… ¿pero
por qué resulta tan incómoda la bici de carretera? Con la de montaña no hay
estos problemas, ¡hombre!
A pesar de las incomodidades,
llegamos en un suspiro a Morata de Tajuña, atravesamos el pueblo y continuamos
por la vía verde (más incómoda que la carretera, pero más segura) hasta llegar
a Perales de Tajuña. La ruta aquí nos da
algún susto en forma de bache que evitamos por poco y alcanzamos Tielmes. Aquí
Maverick pregunta por la posibilidad de seguir hasta el final, pero la espalda,
los hombros y las muñecas me duelen bastante y a pesar de que las fuerzas acompañan pido cambio y la
vuelta a atrás también. Así que tras las fotos de rigor, nos damos la vuelta ya
pensando en montado que vamos a pedir en Perales de Tajuña, que con las ganas
de comer que hay llegamos, soltamos las bicis y pedimos unos buenos montados,
pero claro, no somos los únicos que hemos decidido parar en el mismo bar, así
que los montados tardan un poco.
Tras recuperar fuerzas, iniciamos
la subida de nuevo hacia Morata de Tajuña y la cementera. Aquí entran en juego
otra vez las famosas pulsaciones y cada uno negocia la subida como le conviene.
Maverick continua su control a bajo ritmo, Javich_gp se escapa tirando de
piernas y yo cojo un buen ritmo (lento pero seguro como un buen 600). De
repente, siento una respiración detrás y una sombra pasa a mi lado como una
exhalación… pero que!! Como no, ha sido Maverick haciendo una de sus pruebas de
esfuerzo y poniendo las pulsaciones al ¡¡¡103 %!!! ¡¡Hay que entrenar más!! Se
oye… ¡¡En junio hablamos!! Responde…
KIBUKO