Poco queda ya para que acabe el 2016 y seguimos sin darle descanso al cuerpo. ¡Qué manera de exprimir el año! Ni el día de Nochebuena o solsticio de invierno o como porras lo quieran llamar, respetamos. Esta vez el instigador es Milhouse. Ha visto algo de nieve en la montaña y quiere que hagamos una ruta de raquetas. Yo me estreno en esas lides y le pregunto si vendrán a echarnos una mano Rafa Nadal o Carolina Marín. Cuánta ignorancia!! Se nos une otro miembro de la vieja guardia, Mottoretta, al que no se le veia el pelo desde Pirineos. Debido a que este fin de semana abrían las pistas de Valdesquí y el telesilla de Navacerrada, decidimos tirar hacia la otra parte de cuerda larga. Subiríamos a la Najarra, el único pico de la zona que le quedaba por ascender a Milhouse.
El panorama es poco halagüeño. En el coche veo que apenas hay nieve, por no decir nada en la zona por la que vamos a estar. De todas formas decidimos seguir hacia adelante a ver qué nos encontramos. Subimos hacia el aparcamiento del puerto de la Morcuera. Son las 9 de la mañana, hay apenas 1ºC de temperatura y vemos bajar un coche descapotable, sin la capota puesta, a toda mecha bajando. ¿Tenía calor el hombrecico? Anodadados nos quedamos.
Una vez en disposición de comenzar la ruta, decidimos subir hacia cuerda larga. La idea es alcanzar la Loma de Bailanderos (2.133 m) para posteriormente volver hacia la Najarra (2.119 m) y desde allí bajar hasta el coche. Nos llevamos una grata sorpresa. En la cara norte sí que hay bastante nieve. De momento dejamos las raquetas para más adelante. La nieve está dura y se anda perfectamente. Qué diferencia con la ruta de cuerda larga del año pasado, llena de piedras. Ahora con la nieve se anda de maravilla. No se ve a nadie y hace un día espectacular. Qué más se puede pedir.
Una vez alcanzada la cuerda, la ruta es fácil de seguir hasta la Loma de Bailanderos. Las vistas son impresionantes. A la izquierda se ve todo Madrid, con sus cuatro tachuelas al fondo, y a la derecha todo el valle del Lozoya. Milhouse me pide que baje un poco el ritmo, que voy a fuego. Los polvorones y el abandono que nos profesa últimamente ha mermado su forma física.
Hacemos un alto en la Loma de Bailanderos para beber y comer algo, y ya que hemos cargado con las raquetas, vamos a usarlas. Qué desilusión al verlas. ¿Dónde tienen las cuerdas? ¿Y el mango? ¿Eso son raquetas? Están locos estos romanos. Antes de ponermelas, no puedo evitar tirarme panza arriba en la nieve para hacer un Patricio, emulando al gran Podencus. Ganas me quedo de hacer ángeles, pero la nieve está dura y sólo conseguiría desollarme la espalda.
Comenzamos el regresos con las raquetas puestas. Esto es un gustazo. Nos salimos del camino de huellas, pisando sobre nieve nueva. Se anda estupendamente. Mottoretta está a punto de desaparecer engullido por la nieve a pesar de llevar las raquetas puestas. Nos las quitamos para ascender a la Najarra. Se ven algunas piedras y con las raquetas, es un poco incómodo caminar. Alcanzamos el refugio. Desde allí ya vemos la cumbre. Está hecho.
Cuando vamos llegando, vemos que hay aglomeración en el vértice geodésico. Siempre nos pasa lo mismo. Puede que no te encuentres a nadie en la ruta pero como haya un vértice geodésico, aunque esté en medio un sembrado, estará lleno de gente. Afortunadamente, se marcharon cuando nosotros llegamos. Y como buen 24 de diciembre que se precie no pueden faltar los gorritos navideños. Mottoretta saca de su mochila la artilleria pesada. Sidra, polvorones y unas copas con peana, el no va más. Qué grande!! Me vais a permitir que me ponga sentimentaloide pero es un gustazo estar con dos GRANDES HAMBRIENTOS este día, celebrando las fiestas cerca del cielo de Madrid. Lástima que no hayan podido venir más, pero va por tod@s ell@s. La botella de sidra dura minuto y medio y los polvorones van de mano en mano. Así se hará la bajada más amena. Intento buscar el belén que dejamos el año pasado cuando subimos con Sarraceno y Mirindas, pero la zona está cubierta de nieve y es imposible ver nada.
Toca volver. Bajamos, esta vez con más cuidado porque en esta zona se ve algo de hielo. Nos va sobrando ropa. Qué calor hace!! A medida que nos acercamos a los coches empezamos a ver la marabunta. El aparcamiento está lleno y parece que mucha gente ha tenido la misma idea de subir a ver nieve. Menos mal que en este caso se quedan con las fieras enanoides en la zona más baja.
Como siempre, una gran ruta con una compañía aún mejor. FELICES FIESTAS!!!
MAVERICK
El panorama es poco halagüeño. En el coche veo que apenas hay nieve, por no decir nada en la zona por la que vamos a estar. De todas formas decidimos seguir hacia adelante a ver qué nos encontramos. Subimos hacia el aparcamiento del puerto de la Morcuera. Son las 9 de la mañana, hay apenas 1ºC de temperatura y vemos bajar un coche descapotable, sin la capota puesta, a toda mecha bajando. ¿Tenía calor el hombrecico? Anodadados nos quedamos.
Una vez en disposición de comenzar la ruta, decidimos subir hacia cuerda larga. La idea es alcanzar la Loma de Bailanderos (2.133 m) para posteriormente volver hacia la Najarra (2.119 m) y desde allí bajar hasta el coche. Nos llevamos una grata sorpresa. En la cara norte sí que hay bastante nieve. De momento dejamos las raquetas para más adelante. La nieve está dura y se anda perfectamente. Qué diferencia con la ruta de cuerda larga del año pasado, llena de piedras. Ahora con la nieve se anda de maravilla. No se ve a nadie y hace un día espectacular. Qué más se puede pedir.
Hacemos un alto en la Loma de Bailanderos para beber y comer algo, y ya que hemos cargado con las raquetas, vamos a usarlas. Qué desilusión al verlas. ¿Dónde tienen las cuerdas? ¿Y el mango? ¿Eso son raquetas? Están locos estos romanos. Antes de ponermelas, no puedo evitar tirarme panza arriba en la nieve para hacer un Patricio, emulando al gran Podencus. Ganas me quedo de hacer ángeles, pero la nieve está dura y sólo conseguiría desollarme la espalda.
Comenzamos el regresos con las raquetas puestas. Esto es un gustazo. Nos salimos del camino de huellas, pisando sobre nieve nueva. Se anda estupendamente. Mottoretta está a punto de desaparecer engullido por la nieve a pesar de llevar las raquetas puestas. Nos las quitamos para ascender a la Najarra. Se ven algunas piedras y con las raquetas, es un poco incómodo caminar. Alcanzamos el refugio. Desde allí ya vemos la cumbre. Está hecho.
Cuando vamos llegando, vemos que hay aglomeración en el vértice geodésico. Siempre nos pasa lo mismo. Puede que no te encuentres a nadie en la ruta pero como haya un vértice geodésico, aunque esté en medio un sembrado, estará lleno de gente. Afortunadamente, se marcharon cuando nosotros llegamos. Y como buen 24 de diciembre que se precie no pueden faltar los gorritos navideños. Mottoretta saca de su mochila la artilleria pesada. Sidra, polvorones y unas copas con peana, el no va más. Qué grande!! Me vais a permitir que me ponga sentimentaloide pero es un gustazo estar con dos GRANDES HAMBRIENTOS este día, celebrando las fiestas cerca del cielo de Madrid. Lástima que no hayan podido venir más, pero va por tod@s ell@s. La botella de sidra dura minuto y medio y los polvorones van de mano en mano. Así se hará la bajada más amena. Intento buscar el belén que dejamos el año pasado cuando subimos con Sarraceno y Mirindas, pero la zona está cubierta de nieve y es imposible ver nada.
Toca volver. Bajamos, esta vez con más cuidado porque en esta zona se ve algo de hielo. Nos va sobrando ropa. Qué calor hace!! A medida que nos acercamos a los coches empezamos a ver la marabunta. El aparcamiento está lleno y parece que mucha gente ha tenido la misma idea de subir a ver nieve. Menos mal que en este caso se quedan con las fieras enanoides en la zona más baja.
Como siempre, una gran ruta con una compañía aún mejor. FELICES FIESTAS!!!
Guau!!! Otra rutita con nieve 😭, a la siguiente me apunto y con raquetas , no? Ya que en está era de postureo para la foto 😜
ResponderEliminarJaja. En esta no había tanta nieve como la otra vez. Ya caerá más y organizaremos una buena expedición. Felices fiestas!!
ResponderEliminarQue grandes, disfrutando del deporte en todo momento. Terminando el año con fuerzas para el siguiente. Felices fiestas!
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