La tachuelilla de Monte Perdido

Lunes 20 y martes 21 de julio 

Cuando con 16 años te quedas a las puertas de hacer cima en Monte Perdido, por haberte dejado las gafas de sol en Góriz y, año tras año, vuelves a Pirineos, pero la cima se resiste y tus compañeros de andanzas lo van logrando, conseguir llegar a los 3355 m de altitud  que se gasta la tachuelilla se convierte en una obsesión.

El siguiente gran objetivo del viaje es alcanzar la cima del tercer pico más alto de España, o eso pensábamos todos, porque tras comprobar el ranking descubrimos que nuestra hazaña va a quedar en el séptimo lugar, pero ¡ojo! ¡¡el tercero de los Pirineos!! (por eso lo de tachuelilla).

La ruta elegida para alcanzar nuestro objetivo es un clásico entre los clásicos: ascensión por el espectacular valle de Ordesa hasta la Cola de Caballo y el refugio de Góriz y, al día siguiente, subir hasta la tan ansiada cumbre y volver a bajar hasta Torla, donde nos esperará para unirse a la expedición el gran Podencus, que llega como un caballo desbocado dispuesto a darlo todo.

Así que todo comienza una buena mañana de vacaciones en la que la primera misión es un tetris, en el que hay que colocar dos bicis y todo el material sobrante en el maletero de dos coches… Tras varios intentos, lo conseguimos, y con nuestras mochilas preparadas nos plantamos en el parking de la pradera de Ordesa (tras coger el autobús) listos y sonrientes para comenzar la ruta.

El camino de ascensión por el valle de Ordesa es un camino fácil y sencillo que merece la pena hacer tranquilamente, parándose en los distintos miradores a admirar las cascadas y los cortados del valle. Da igual las veces que hayas venido, el valle es tan espectacular que te deja boquiabierto. Para cuando el camino empieza a zigzaguear y aparecen las primeras rampas el grupo se va separando y cada uno negocia la subida a su ritmo y es que la mochila de 10-15 kg se nota!! Javich_gp y Stel parecen un Ferrari y un Lamborghini que aceleran de 0 a 100 en 5s y nos dejan a los demás atrás en un santiamén. Milhouse (siempre fiable), Maverick (estrenándose en rutas de este calibre) y Kibuko (convertido en un 600) suben disfrutando de los paisajes, mientras que Ana y Poppy negocian las subidas a su ritmo sin detenerse.

Pronto (en unas 2h de marcha) nos volvemos a juntar todos en las Gradas de Soaso. Obligada parada para admirar las cascadas, reponer fuerzas  y continuar hasta la Cola de Caballo. En ese momento el grupo sufre su primer percance, los neumáticos de Ana no pueden más, tras más de 15 años transportándola de pico en pico, se han quedado sin goma en el peor momento… Un poquito de esparadrapo, unas cuerdas por aquí y al menos aguantarán hasta Góriz.

Tras una hora más de marcha alcanzamos Cola de Caballo, majestuosa cascada conocida por la forma en que el agua se reparte y a la que todo el mundo puede llegar tras unas 3h de marcha (sí, el camino hasta aquí parece una romería, pero es verano ¡qué le vamos a hacer!). Antes de llegar a la Cola de Caballo, vemos por última vez nuestro objetivo, la majestuosa cima del tercer pico más alto de España, digo…. el séptimo! La siguiente vez que lo veamos será ya en la laguna helada casi cuando podamos tocar la cima con los dedos.

Después de un merecido descanso, decidimos continuar hasta el refugio de Góriz. Aquí nos espera una subida un poco dura después de todo el camino recorrido. Tras dudarlo durante la comida, el grupo se divide en dos: Javich_gp, Stel y Kibuko ascenderán por las clavijas de Soaso, mientras que el resto del grupo ascenderán por el zigzag, más largo pero menos peligroso. La ascensión por las clavijas es fácil pero con una mochila detrás se complica un poco. Stel sube como un pajarillo disfrutando como buena escaladora y Javich_gp y Kibuko, concentrados, van dando pasos cortos pero fiables y  no sueltan la cadena ni de broma. Una vez superadas, se oyen respiraciones de alivio y el sudor frío cae por las frentes de ambos…

 Nos volvemos a juntar y tras admirar las vistas del valle, que desde arriba es más increíble todavía, continuamos hasta llegar al Refugio de Góriz, donde plantamos la tienda en un buen sitio que Javich_gp se encarga de buscar y disfrutamos de una merecida cerveza y una buena cena en un paraje incomparable.

A las 7.30 suena el despertador… ¡Ha llegado el gran día! Ese que algunos llevan 17 años esperando, otros van a atacar la cima por segunda vez y algunos ni siquiera habían soñado que llegarían tan alto. Antes de las 9 ya estamos saliendo. Ana decide no subir, sus botas no están para muchos trotes, una pena, ¡¡esta subida va por ti!! Y como no, en seguida el Ferrari y el Lamborghini, acompañados de un bien entrenado Maverick, nos sacan a los demás cada vez más y más ventaja.

La subida hasta la laguna helada es una subida exigente de casi mil metros de desnivel pero sin grandes dificultades, así que la vamos subiendo a buen ritmo (sin prisa pero sin pausa). Cada paso que damos vamos dejando el valle más abajo y cada vez es más espectacular. Tras negociar algún que otro paso casi de escalada y unas cadenillas de esas que no se sueltan llegamos a la laguna helada… ¡¡¡Ya estamos a 3000 m de altura!!! Se nota los nervios en algunos de los expedicionarios, el objetivo está al alcance de la mano… Sólo queda superar la Escupidera (punto negro de los Pirineos que se cobra algunas vidas al año, principalmente en invierno) que desde aquí impresiona. Parece una pared vertical pedregosa, que “sólo” tiene unos 300m de desnivel.

No hay definición mejor de la Escupidera que la que hace otro compañero de aventuras que esta vez no nos acompaña, pero que es buen conocedor de la zona. Amigo Sarraceno acertaste de lleno porque esta subida no puede ser más INFAME!! Das un paso y bajas dos. Algunos con la ayuda de los bastones suben un poco mejor, pero el pedregal no da tregua y se convierten en 45 min de subida que no se acaban nunca y que cada uno sube como puede. Pero cuando llegas arriba y tocas la cima todo eso ya es historia. Cada uno reacciona a su manera y es difícil de explicar lo que se siente cuando ves que el mundo está bajo tus pies y que has logrado llegar por tu propio pie. Algunos se encierran en sí mismos y tienen un momento zen, otros no paran de hacerse fotos en todas direcciones (porque repito, ¡¡todo está bajo tus pies!!), otros lloran de alegría… Yo, en mi caso, lo tenía claro. Después de secarme las lágrimas de emoción y cuando pude recuperarme de la subida, me enfundé la pañoleta de mi grupo scout, ese que me inculcó, entre otras muchas cosas, el amor por la naturaleza y disfruté del momento que unas gafas de sol me robaron hace 17 años. Momentazo en la cumbre que pudimos disfrutar Stel, Javich_gp, Milhouse, Poppy, Maverick y yo. ¿¿¿¡¡OBJETIVO CONSEGUIDO!!??? ¡¡¡NO!!! De las cumbres también hay que bajar y, aunque estamos “tan sólo” a 3355 m, la bajada también tendrá sus complicaciones, ya veréis, ya.

Stel y Javich_gp salen los primeros y bajan como una exhalación, prácticamente corriendo, como si tuvieran que hacer tiempo. Los demás tardamos un poco más en salir. Milhouse y Maverick bajan bastante bien por la escupidera y Kibuko y Poppy tienen algunas dificultades. Cuando ya han pasado la parte más difícil (gracias a Dios) una nube aparece y en cuestión de segundos el cielo comienza a caer sobre nuestras cabezas a modo de piedras de hielo que hacen más difícil todavía la bajada hasta la laguna helada. Allí esperan pacientes Maverick y Milhouse parapetados bajo los “aseos” de la laguna helada. La granizada no cesa y después de “el incidente de la mochila”, deciden seguir bajando, aunque con mucho cuidadito porque las rocas parecen una pista de patinaje. Pasito a pasito y con mucha precaución vamos dejando atrás la laguna helada. La lluvia cesa y nos da un descanso. Antes de llegar a Góriz somos testigos de un espectáculo de la naturaleza digno de un documental de Félix Rodríguez de la Fuente: unos buitres dando cuenta de una pobre ovejita que no se inmutan a nuestro paso y estamos al lado!!! Fotos de rigor y seguimos adelante. En Góriz nos esperan Javich_gp, Ana y Stel, deseosos de seguir bajando ya que Podencus nos espera en la piscina y la previsión es que vuelva a llover por la tarde.

Así que comemos para recuperar fuerzas y continuamos la bajada hasta la pradera de Ordesa, una nueva granizada anima la bajada y nos deja calados hasta los huesos, pero no importa hemos subido Monte Perdido!!! Tras tres horas de bajada interminable, por fin, llegamos a nuestro destino y allí nos tomamos el mejor café del mundo servido por un paisano no muy simpático, pero da igual, sienta de maravilla después de tantas horas caminado bajo la lluvia. Y ahora si… ¡¡OBJETIVO CONSEGUIDO!!

Me gustaría dedicar esta aventura a la Tropa Cree del Grupo Scout San Agustín Los Negrales. El mismo día que nosotros coronábamos Monte Perdido, ellos sufrían un accidente en la Garganta de los Boches camino del Refugio de Urriellu en Picos de Europa, en forma de avalancha de lodo y piedras sobre ellos, que afortunadamente quedó en un buen susto, unas cuantas brechas y moratones y un viaje en helicóptero. ¡A recuperarse y a seguir disfrutando de la montaña!

KIBUKO