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¿Qué hora es?
- Un cuarto de hora pasada la media noche.
- Miiii… necesitaba
haberme acostado hace 45 minutos para dormir lo que necesito. Sí, así terminó
la noche previa a nuestra travesía del Valle de Estós, pero no fue algo tan
especial. Era algo a lo que ya nos tenía acostumbrados Poppy, pero daba igual
lo que durmiera o dejara de dormir, siempre estaba al 100% a la mañana
siguiente.
Después
de mucho deliberar en los días previos a causa de la previsión meteorológica,
decidimos modificar nuestra travesía por el valle de Benasque. Montamos
campamento base en el camping a 3 ó 4 kilómetros de Benasque y a hacer
“rutillas” de un día, para lo que nos apoyamos en las recomendaciones de la
oficina de Turismo del pueblo. Estamos de suerte, una de las rutas recomendadas
sale del mismo camping, así que decidido, haremos esa ruta que parte hacia el
Ibón de Batisielles.
El
calor aprieta por la mañana y merece la pena madrugar y así hacer el tramo de
subida más fresquitos. A las 7.30 nos levantamos, nos aseamos, recogemos,
desayunamos… Y voilá! Estamos listos para partir.
De
esta manera, los primeros metros dentro del propio camping, vamos todos juntos,
pero nada más salir se forman ya los grupetos. Inicialmente parece que va a ser
un día tranqui. Stel no se pone a tirar como de costumbre y eso nos
concede una pequeña tregua al resto. Milhouse y yo tiramos del grupo. Es un
camino sin pérdida. Pocos metros detrás Ana y Stel nos siguen. Supongo
que aprovechan para hablar cosas de hermanas... Y justo detrás, Kibuko y Poppy.
Qué extraño, vuelven a ir juntos. Yo creo que hay algo entre ellos, pero no me
hagáis mucho caso…
La
pista parece sencilla, pica para arriba pero es cómoda, muy ancha y no requiere
de un esfuerzo excesivo. Voy disfrutando del valle de Estós con Milhouse, charlando y disfrutando de las vistas. Es muy bonito. Pronto pasamos por la
cabaña de Sta. Ana, donde había unos chavalines descansando. Nos volvemos hacia
nuestra Ana, lo comentamos pero olvidamos hacer una foto de Ana en “su” cabaña.
Quizás a la vuelta. Poco después pasamos por una fuente, donde no es necesario
repostar, pero que dejamos registrada en nuestro cuaderno de abordo para la
bajada. Quizás haga falta.
Seguimos
para adelante y pronto llegamos a la desviación del GR 11. Si siguiéramos por
el plácido camino, llegaríamos al refugio de Estós, pero éste no entraba en
nuestros planes. La desviación a la izquierda GR11.2 nos llevará hacia el Ibón Chico
de Batisielles. Solo un problema. Pica más para arriba. Aprovechamos entonces
para reagruparnos en una sombra cercana al cruce.
Mientras
estamos parados hablando, nos pasan algunas personas que unos minutos más tarde
serán pasto del feroz (y repentino) hambre de Milhouse. En la reanudación, volvemos
a hacer los grupillos. Este tramo es más frondoso y tengo la oportunidad de
sacar provecho del extenso conocimiento de Milhouse de la fauna y flora que nos
rodea. En la subida, catamos alguna fresa silvestre y alguna frambuesa. ¿O eran
moras? Bueno, dependiendo de con qué hambriento habléis, os dirá que eran una
cosa u otra. Da igual, estaban muy buenas!
El
camino continúa zigzagueando para arriba, cruzamos algún que otro arroyo (o más
bien charco) y al rato llegamos al Ibón Chico de Batisielles. Hay 3 o 4
personas por allí, alguno propio de la región al que aprovechamos para
preguntarle por las montañas que nos rodean, mientras nos hacemos las obligadas
fotos. Es una pasada. El ibón es poco más que un charco grande, pero el entorno…
Guauuu! Que si la Tuca de Serisueles, que si la de Batisielles, que si los
montes que escoltan al Posets.. Al rato llegan varias familias que lo
conquistan todo. Niños, adultos, perros (muy divertidos saltando y correteando)...
Les oímos hablar del “resto del autobús” y eso nos pone los pelos como
escarpias. Más gente?? Es la señal para que salgamos hacia el Ibón principal.
Hay que cambiar de camino pero la señalización es muy buena. No hay ninguna
duda y Milhouse entonces, tirando de bastones, aprovecha para lanzar un ataque
demoledor. Hace una salida que ya le habría gustado esta temporada hacer una
así a Fernando Alonso. Stel y yo conseguimos seguirle en la salida,
pero el pobre Kibuko se queda perplejo. Qué han tomado éstos??
El
camino se empina todavía más, se estrecha, pasamos por zonas de piedras
incómodas y nos volvemos a adelantara varias de las personas que habíamos visto
antes. En esto, nos damos cuenta que entre las piedras hay algunas banderitas
de señalización. ¿Serán para el gran trailAneto - Posets de pasado mañana? Todo
apunta a que sí.. ¿Pero cómo van a correr por esta zona? Se trata de una
carrera con no sé cuántos kilómetros por encima de los 2000 metros, con
pendientes importantes y quién sabe, a lo mejor incluso les toca pasar por ahí
de noche. Qué locura!!
Y
al rato llegamos al Ibón. Éste ya si merece la pena. Es muy bonito. El agua es
transparente y el entorno espectacular. Buscamos una sombra para sentarnos pero
no parece haber muchas. Después de un rato, encontramos un hueco en el que
podemos juntarnos “plácidamente”. Lo digo así porque el primer hambriento que
lo probó, saltó escopetado tras sentir algún que otro pincho bajo su persona.
Ahora
es el momento. Saco el traje de baño. Parece que algún hambriento no lo oyó
cuando desayunábamos, porque me miran con cara de “Te odio”. Me lo pongo y me
voy al agua. Entrar cuesta un poco, no porque esté muy fría (no lo está), si no
por las piedras que hay a la entrada. Poco a poco voy avanzando y en cuanto
cubre un poco. Zas! Chapuzón. Kibuko me mira con ganas y no tarda en disponerse
para entrar también. Él parece que es una de las personas que no oyó lo del
traje de baño. No lleva, así que cada cual se imagine cómo entró en el agua.
Kibuko
y yo salimos agua y ya todos juntos nos ponemos a comer. ¿El qué? Pues la
típica mariscada, los típicos chuletones para compartir y... Vale, me habéis
pillado. Toca lo de siempre: Embutido, pan de pita, frutos secos, alguna
latilla de mejillones, pulpo o similar y por supuesto nuestra naranja diaria.
Qué bien entra! Pronto nos acordamos que se espera lluvia para las cinco o
seis, por lo que decidimos ponernos rápidamente en marcha. Veremos cómo
responden las piernas en la bajada. Estamos todos con unas agujetas de
fliparlo.
En
la bajada, Stel y yo tiramos como ya lo hiciéramos bajando de Monte Perdido. Milhouse
se lo toma con más calma disfrutando de la bajada con el resto del equipo. En
los sitios en los que paramos a la ida, Stel y yo paramos y esperamos
al resto de hambrientos de esta expedición. Es curioso, como bajamos rápido,
adelantamos a mucha gente, pero cada vez que paramos para reagrupar, nos
adelanta la misma pareja. Las últimas veces ya nos dedicamos algunas unas
palabras. Las
piernas nos han respetado. Teníamos bastante expectación en ver a Poppy en la
bajada, pero se portó como una campeona. Apenas se notaban las agujetas.
El
tramo final lo hacemos todos más o menos agrupados. En algunos momentos me
quedo solo delante. Es una buena oportunidad para pensar rodeado de la
naturaleza..Al llegar al camping aprovechamos para tomarnos una cervecilla
refrescante. Después, los hombres nos vamos a la piscina (que estaba helada!) y
ellas directamente a descansar, ducharse etc. Ya todos juntos bajamos al pueblo. Compras, cervecitas, helados, cafés.. Y para el
camping. Hay que coger fuerzas para el día siguiente y nuestro plato de pasta
nos espera.
¿Qué
será del resto de hambrientos? Makerick y Podencus tenían día hoy de relax,
pero seguro que habrían disfrutado con la rutilla.
Con
todo recogido, nos disponemos a acostarnos. Parece que no lloverá así que Stel y yo decidimos hacer vivac y disfrutar de las estrellas… El resto se refugia en
las tiendas, pero ya se le va generando el gusanillo a alguno, que más adelante
también hará vivac.
Mañana
será otro día.
JAVICH_GP
Otra gran crónica!! Esta vez del tío más grande del mundo. He tenido que censurar las fotos del baño, ya que ahí no había agua. La he pintado digitalmente para no espantar lectores. Lamentable...
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