jueves, 13 de agosto de 2015

Sexo y Coll de Toro

Viernes 24 de julio  

Comienza el octavo día de experiencia pirenaica. En lo que se refiere a la célula andarina, ha sido nuestra segunda noche en el camping de Benasque, después de la ruta de los ibones de Batisielles y antes de que partamos para Madrid mañana sábado. La célula ciclista formada Maverick y Podencus sigue dándolo todo por tierras francesas subiendo cimas míticas del tour de Francia. Hoy nos reuniremos todos para finalizar nuestro periplo veraniego.

La noche ha sido tranquila salvo por los gráciles ronquidos de Milhouse. La actividad comienza a las 7-7:30, primero en la tienda regentada por Javich, Stel y Ana, aunque los dos primeros valientes no han hecho uso de la misma. Seguimos nuestro ritual habitual de camping-gas, café soluble, galletas rellenas de chocolate (envoltorio azul), galletas superrellenas de chocolate (envoltorio rojo), y como lujo especial, bizcocho de la tía Mildred.

Hoy se prevé una llegada masiva de gente al camping ya que comienza el trail del Aneto, pero de momento está como los días anteriores. Nosotros tenemos planeado para hoy una ruta corta por la zona del macizo del Aneto, ya que dan tormenta a las 3 de la tarde. En principio nos planteamos ir al Ibón de Coll de Toro, y si vamos bien de tiempo, quizás algo más largo.

Salimos los cinco en un coche, ya que Ana decide quedarse en el camping. Subimos hasta un parking antes de llegar al Hospital de Benasque, donde se puede tomar un autobús que te deja en la Besurta. Es un recorrido de unos 4-5 km por un valle muy chulo y de baja dificultad, pero como no vamos muy bien de tiempo, decidimos coger el bus. Mientras esperamos, cada uno de nosotros entra por turnos en la caseta de información a pedir un plano de la zona. Bromeamos con el tipo de plano (Excursionistas Iniciados o Excursionistas Avanzados) que la chica de la caseta nos da a cada uno.

Cuando llegamos a la Besurta iniciamos la marcha. Ferrari Stel y Lamborgini Javich ocupan sus posiciones habituales, y desde el primer momento nos dejan atrás a los seiscientos. La ruta va remontando el cauce de uno de los arroyos que luego dan lugar al río Esera, que pasa por Benasque. Este arroyo es peculiar porque sus aguas desaparecen en el agujero de Aiguallut, para reaparecer kilómetros “más tarde”.

La ruta alterna al principio ligeras subidas con zonas de llano. Dado que es una de las más fácilmente accesibles, al principio es una romería. Por el camino nos cruzamos con rebaños de vacas que dejan su impronta en el ambiente. Al llegar al agujero de Aiguallut hacemos una reagrupación y nos hacemos la correspondiente foto. Por allí ronda también una excursión de Ingenieros de Minas con su profe; nos tienta quedarnos a sus explicaciones, pero pasamos y seguimos la ruta. Desde aquí se divisa el Aneto con sus 3404 m de altitud. Después de haber subido la tachuelilla de Monte Perdido, nos juramos a nosotros mismos, como Escarlata O’Hara, que algún día esa cima será nuestra y que jamás volveremos a pasar hambre.









A pocos metros del agujero, tras una pendiente, se llega a la cascada de Aiguallut, bonito salto de agua con las consiguientes fotos de rigor. Por encima de la cascada el valle se abre, así como también se abren infinitas posibilidades de rutas. Seguimos con el plan previsto, y tomamos el camino a la izquierda hacia Coll de Toro. Mientras avanzamos oímos el repetido y agudo sonido de un animal, posiblemente un ave, pero no acertamos a distinguirlo. Después de una exigente subida en zig-zag alcanzamos el Bal de L’Escaleta. Volvemos a oír repetidamente el sonido del animal. Con ayuda de la cámara descubrimos que se trata de las marmotas.





Por fin llegamos a la última pendiente de la jornada para poder alcanzar el ibón. Otro lago espectacular y van….. Este se encuentra en un collado, Coll de Toro, por lo que está abierto por dos lados, al contrario de los que habíamos visto hasta ahora, que sólo se abren por uno. Decidimos pasar al otro lado del collado, tras sortear el ibón atravesando un canchal que se hace eterno. Como dijimos en anteriores ocasiones “Me río de Frodo y de su marcha por la Tierra Media”. Al otro lado del collado se divisa parte de la zona del valle de Arán en la provincia de Lleida. Alguien se ha molestado en trazar con piedras la hipotética frontera entre Aragón y Cataluña. Hasta aquí arriba también llegan los cretinos…









Como el viento es muy fuerte retrocedemos unos pasos a tierras aragonesas para comer resguardados del mismo. Hoy nuestro menú es fuet, pavo, lomo y queso de cabra con pan de pita. Javich hace un esfuerzo y acaba las últimas piezas. De postre, melocotón. Foto grupal e iniciamos la vuelta al parking.













Como parece que esta vez y, sin que sirva de precedente, las previsiones meteorológicas son correctas, apretamos el paso para llegar cuanto antes a coger el bus. Llegando a la parada nos damos cuenta que las botas de Poppie han seguido el mismo destino que las de Ana: hablan por detrás. Comenzaron su andadura el mismo año, allá por el 2000, y se despiden juntas en la aventura pirenaica. Rest In Peace.

Stel y Javich esperan en las mesas junto a la parada. En cuanto alguien se levanta para hacer cola todos vamos como borregos detrás. Comienza a llover y cada vez más fuerte. La gente saca los chubasqueros pero ni Dios pierde su sitio en la fila. Faltaría más. Cuando llegamos al otro lado Kibuko coge el coche y nos lleva prácticamente secos al camping. Allí nos espera Ana, y los ciclistas procedentes de Francia.

Como no podía ser de otra manera, Maverick y Podencus están viendo la etapa del tour de Francia en el bar del camping. Si yo tuviera un sofá también me pondría a verla y rememoraría esas siestas míticas de verano. La verdad es que no descansas igual si no te duermes con la etapa del tour en la tele. Bueno, como no es el caso, nos tomamos unas cervezas. Podencus mete su coche al camping, y hacemos un tetris con las dos tiendas, el Audi, el Focus y el León.


Hoy es nuestra última noche y cenaremos algo especial. Por un lado está la opción barbacoa en el camping y, por otro, cena en un restaurante asturiano. Tras una agotadora jornada de reflexión y su correspondiente votación, el resultado es de empate a 4. Nos lo jugamos a cara y cruz al mejor de tres. 1-0 Barbacoa. 1-1. Qué tensión. 1-2 Restaurante asturiano. Nos ponemos nuestras mejores galas (es decir, la única ropa limpia que nos quedaba en un rincón de la mochila) y nos bajamos a Benasque.

Esta noche se respira mucho más ambiente en el pueblo. A las 12 comienza la carrera. No hay ni un sitio donde aparcar. Por la calle se ve a un montón de “deportistas”. Si no llevas una camiseta de un club de alta montaña o la camiseta de un ultra-rail-maratoniano-de-la-muerte, no eres absolutamente nadie. Hacemos tiempo tomando una cerveza y nos vamos al asturiano. Respecto a la cena, lo único que se puede decir es que debe ser el único restaurante asturiano de España en el que te quedas con hambre. Y el personal bastante seco. Menos mal que pronto empieza la carrera y estamos en el lugar exacto.

Cuando uno piensa en una carrera de 100 km con 7000 m de desnivel, espera encontrarse a superhombres de acero, pero aparentemente son de carne y hueso. Entre ellos, pudimos distinguir también, al menos, a tres mujeres. Bravo por tod@s¡¡¡




Al llegar al camping hay cierto revuelo porque la carrera pasa por delante. Vemos pasar a los últimos participantes y nos vamos a dormir. Javich y Stel vuelven a hacer vivac, aunque las previsiones dicen que puede llover algo esta noche. A ellos se les unen Podencus y Kibuko, no sabemos si horrorizado con la idea de dormir como chinches otra vez en la tienda, si harto de los ronquidos de Milhouse, o previendo una agradable velada con Podencus.


 El caso es que no sabemos si hubo sexo en Benasque, pero Podencus, alias el Hombre Oruga, amaneció con esta cara.


Con esto termina el último día de las crónicas pirenaicas. Al año que viene más. Hasta el Aneto y más allá¡¡¡¡¡¡¡¡


MILHOUSE


4 comentarios:

  1. jajaja. Pobre hombre oruga. Qué le daría el sr Kibuko por la noche para dejarle la cara como un pan. jajaja

    ResponderEliminar
  2. Pues Maverick de Pitis no anda a la zaga...jejeje

    ResponderEliminar
  3. jajaja magnifica crónica Milhaouse! espero poder apuntarme el próximo verano (al grupo andarin por supuesto) jajaja
    un beso a todos

    ResponderEliminar