martes, 8 de enero de 2019

A la cuarta va la vencida

31 de diciembre

¡¡¡Acabó el 2018!!! La primera vez en la historia que acaba este año y como todo hito importante en la historia de la humanidad, no nos lo quisimos perder. Esta vez, el seguimiento fue menor que en Nochebuena, pero no la diversión. Seguimos con la tradición de hacer algo diferente en Nochevieja. Cambiamos las copas por los bastones, los chupitos por las botas de montaña y la sidra... bueno, la sidra sigue estando presente 😄. ¿Qué sería de estas fiestas sin el sonido del descorche de la botella? Si casi subimos a la montaña por eso. Bueno, por eso y por pegarle el primer tiento al roscón...😋.


La ruta de por sí, desde inicio ya pintaba rara. El destino era Peña Cebollera o más conocido como pico Tres Provincias. ¿A que no sabéis con cuántas provincias limita?... Pero qué list@s sois, se nota que no sois de la ESO. A lo que iba, que me desvío del tema. Para el que no lo sepa, este pico ha estado maldito este año para el grupo. Tres veces lo hemos intentado subir y no hemos conseguido llegar a él. Las condiciones eran totalmente diferentes, eso sí. Nieve que te cubría en ocasiones hasta la cintura, y la casualidad quería que alguno del grupo no tuviera raquetas. ¿A la cuarta sería la vencida?





Con el solazo que había, e incluso calor, más nos valía subirlo, sino expulsión permanente del grupo. Macksa como es una temeraria, estuvo caminando por el filo de la navaja toda la mañana. Abandono o no abandono, abandono o no abandono... Parecía que deshojaba una margarita. En ese momento se me cayó el mito de superwoman. Fue una sensación similar a cuando Javich_GP se puso un chubasquero en la Bola del Mundo, en nuestra ruta por Cuerda Larga. ¡Que desazón! A veces hay que darle un descanso al cuerpo para poder estar en forma...






La subida en sí, no tenía complicación. Pista forestal ancha, aunque desde el inicio, cuesta arriba. Cuando llegamos al punto de retirada de las anteriores ocasiones, vemos un pequeño sendero que sube mirando al cielo por la ladera de la montaña. Esto no se veía con la nieve, pero tampoco se veían los piornos y resto de arbustos que había a ambos lados del sendero. La preocupación en este punto, era si un enganchón nos iba a dejar sin plumas. Esta preocupación era mayor que la de saltarnos un ojo. Vaya por delante que el plumas cuesta un buen pellizco y que ojos tenemos dos... 😁.










Alcanzamos, no sin sufrimiento, la pista que nos llevaba al Tres Provincias. La verdad es que fue un poco descorazonador. Después de tres veces que nos había vencido, vemos una lomeja redondeada sin ninguna complicación... ¡Qué flojos somos! Lo que agradecemos es que no nos hemos encontrado a nadie durante toda la ascensión y, como tampoco vemos a nadie alrededor de la cima, decidimos pasarnos por el arco del triunfo las normas de cortesía montañera y preparamos toda la comida en el vértice geodésico que marca la cumbre... ¡Qué casualidad! Aparecen montañeros... A desmontar el chiringuito y a montarlo en otro lado. Si es que...











La verdad es que no nos faltó de nada. Incluso podría haber más comida que en alguna cena de Nochevieja con la familia. Roscón, sidra, paté, ibéricos, un termo con caldo...¡Qué grandes somos! Celebrando la Nochevieja entre amigos a más de 2000 m de altitud. No me podía olvidar de incluir en el relato las vistas desde la cumbre. Si la cumbre en sí es un poco floja, las vistas son increíbles. Se ve a lo lejos Cuerda Larga, Peñalara y los montes Carpetanos. Mirindas, ahórrate la rima. Y hacia el otro lado, toda la cuerda del Pico del Lobo, que según Milhouse, será objeto de una próxima aventura. 

Sin ninguna duda, una de las mejores formas de pasar un día así, por lo menos para mí. Y como hasta San Antón, Pascuas son; ¡¡Feliz año nuevo a tod@s!!








MAVERICK


1 comentario:

  1. Pues si, todo hay que reconocerlo, la subidita me costó, no es que me fuera a rendir pero...la flojera de piernas no me hacía sentirme en uno de mis mejores momentos.
    Pero cuando lo logras, cuando estas arriba y ves ese paisaje, el silencio, la paz que te aporta hace que te sientas super feliz.
    He leído algo del Pico del Lobo? Cuando nos vamos para allá?
    Digas lo q digas Maverick un camino de rosa con tanto arbusto enganchandote las piernas, hacia más dificultoso el andar que otra cosa, lo que me dió más impresión fue la bajada, parecía que nos íbamos a despeñar.
    El paso por el ríachuelo desató una falta de fe, de que no terminara chapoteando, pero no me caí 🤗
    Encantada como siempre, de compartir una ruta más con vosotros.

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